Volver a la rutina después de la temporada estival puede resultar, para muchas personas, un momento lleno de estrés, ya que terminar las vacaciones supone volver a depender de horarios establecidos. Para poder gestionar esta situación, y afrontar eficazmente las tareas que se presentan, es importante tener en cuenta algunas consideraciones, principalmente, que el tiempo es un recurso más que hay que aprovechar para llevarlas a cabo, y no entenderlo como un enemigo que se nos echa encima. Algunos estereotipos que suelen aparecer durante estos días son los siguientes:
- Puedo controlar mejor el tiempo si hago las tareas más deprisa: lo cierto es que la velocidad no se relaciona con la rentabilización del tiempo que utilizamos en la realización de las labores.
- Si realizo varias actividades a la vez, optimizo mejor el tiempo: lo que verdaderamente hace que resolvamos las tareas de una manera efectiva, es centrar nuestra atención en una sola, y al concluirla, pasemos a la siguiente.
- Hay labores en las que no se puede priorizar: algunas, nos llevan de una manera más directa a nuestros objetivos, que otras.
- Cuantas más tareas hacemos, mejores resultados obtenemos: los buenos resultados dependen de la eficiencia durante la realización de la tarea, no del trabajo sin descanso, que, en contra, nos somete a más sensación de estrés y no nos permite descansar y desconectar.
- Lo que hacemos por nosotros mismos está mejor hecho y ahorra tiempo: lo cierto es que esto nos ancla en la autoexigencia y el perfeccionismo, y no nos va a liberar del estrés percibido a la hora de hacer tareas.
Para reducir la carga emocional y el estrés generados durante estos días, existen algunas técnicas. Por ejemplo, con la Matriz de Eisenhower, que fue creada por Stephen Covey aunque deba su nombre a Dwight D. Eisenhower, podemos gestionar el tiempo teniendo en cuenta dos factores: la importancia de la tarea y la urgencia de llevarla a cabo. De esta forma aparecen 4 composiciones principales:
- Importante – Urgente
- Importante – No urgente
- No importante – Urgente
- No importante – No urgente
Según Covey, si centramos nuestra atención en la combinación 2, estaremos utilizando el tiempo de una manera efectiva, sin embargo, lo común es focalizarnos sobre todo en el primer cuadrante, que acaba estando saturado, y nos provoca estrés y frustración ante el hecho de no llegar a todo lo que nos gustaría. Es importante atender a todas las composiciones, pues todas son necesarias para la vida cotidiana, pero priorizando aquello que sea de mayor importancia. Si conseguimos gestionar bien nuestro tiempo, obtendremos algunos beneficios como una mayor sensación de control, mayor conciliación, logro de objetivos, reducción del estrés, y, sobre todo, la vuelta a la rutina será mucho más llevadera.