EL DUELO INFANTIL

La situación de emergencia sanitaria que estamos viviendo está poniendo de manifiesto la necesidad de hablar y escuchar mucho a los niños. Se están dando situaciones difíciles de explicar para el adulto y también difíciles de entender para los niños. En esta ocasión me gustaría dar unas claves para las familias que puedan estar en proceso de duelo debido a la perdida de algún familiar y en concreto de como: enfocarlo, gestionarlo y vivirlo con los niños. Además, partimos de que la muerte es un tema tabú, difícil y que tendemos a negar, es algo que de manera generalizada se da en la sociedad occidental. Esto suele derivar en la práctica, en muchas dificultades para poder hablar de ello y más aún si se trata de comunicárselo a los niños. Estas premisas de las que partimos hace que en ocasiones los adultos ante situaciones de enfermedad o perdida de algún familiar tendamos a ocultar y callar para evitar el sufrimiento de los niños, pero al contrario los niños necesitas ser informados y escuchados. Los niños como los adultos sienten y se cuestionan muchas cosas ante la pérdida, por lo que… vamos a atrevernos a compartir y sentir este proceso junto a ellos.

 El duelo es un proceso de adaptación en el que debemos aprender a vivir sin la persona que hemos perdido y este proceso concierne también a los niños. Es importante que los adultos entendamos mejor la experiencia de duelo en los niños, ya que tiene ciertas particularidades con respecto a la del adulto y se experimenta de manera diferente según la edad del niño.

La comprensión y vivencia de la muerte es un proceso que está condicionado en gran parte al desarrollo evolutivo del niño ya que la comprensión de la muerte se basa en 4 elementos fundamentales y estos se van adquiriendo con el paso de los años. Estos conceptos son: la universalidad (afecta a todos los seres vivos), la irreversibilidad (cuando nos morimos no volveremos a estar vivos nunca), el cuerpo no funciona (entender que las funciones vitales dejan de funcionar tras la muerte), es incontrolable (la muerte tiene un porqué y no depende de nuestros pensamientos). Los adultos y adolescentes tenemos una comprensión de estos elementos, lo que nos ayuda a construir un significado, a afrontar el dolor y a elaborar el proceso de duelo. Pero a los niños este proceso les puede resultar más costoso ya que todavía no han adquirido estos elementos de conocimiento fundamentales. Esto supone que tengan más dificultades para entender lo que es la muerte y por ende que estén invadidos por su propio mundo emocional y sus fantasías. Esta es una de las razones por la que es tan importante el acompañamiento adulto en este proceso de perdida, para ayudar al niño a comprender y clarificar lo que supone la muerte.

La muerte es una de las situaciones que más dolor y angustia produce, así que de una manera instintiva los adultos intentamos evitar este tipo de emociones tan dolorosas en los niños, no expresando nuestras emociones delante de ellos, alejándole de todos los actos de despedida… es decir les intentamos alejar de lo inevitable ya que la perdida es una realidad tanto para el adulto como para el niño. Los niños sufren la muerte de sus seres queridos y les hace cuestionarse muchas cosas, afloran temores, fantasías, por lo que es importante que sean atendidos, que se les dé un espacio para poder expresar todas sus dudas y temores.

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La comunicación de un fallecimiento debemos intentar que se haga por una persona significativa para el niño, preferiblemente uno de los progenitores, en un lugar familiar e íntimo. Se debe comunicar con la mayor veracidad posible, siempre adaptándonos a la edad del niño, evitando metáforas u eufemismos que puedan confundir al niño, pero tampoco es necesario que en el primer momento se de toda la información, en un primer momento le transmitiremos lo esencial y con el paso de los días o ante las peguntas del niño ya tendremos oportunidad para seguir aclarando las cuestiones que le surjan. Es importante que la persona encargada de comunicarle la perdida al niño no se vea excesivamente desbordada por las emociones, ya que puede generar demasiado temor en el niño. La persona puede expresar su estado de tristeza, pero evitando explosiones emocionales que puedan ser difíciles de procesar para el niño. Además, es muy importante que estemos abiertos al dialogo con el niño para que sienta que puede confiar en el adulto, que no se le ocultan cuestiones y poder clarificar las fantasías que pueda estar teniendo.

En cuanto a la expresión emocional, el niño debe saber que puede expresar lo que siente, no debemos hacer como si no hubiera pasado nada. Es importante explicarle que ante una situación así es normal experimentar ciertas emociones como: la tristeza, la pena, el miedo, el enfado… los adultos somos su modelo de aprendizaje en la expresión emocional, por lo que si tendemos a negar las emociones ellos harán lo mismo. Además, es bueno dejarles claro que la muerte de la persona fallecida no es responsabilidad suya ya que debido al pensamiento mágico y egocéntrico típico de los niños pueden llegar a pensar que es culpa suya debido un enfado, a un mal comportamiento etc. Que entiendan que los pensamientos y emociones que hayan podido tener hacia el fallecido no provocan la muerte. Los niños también pueden sentir miedo ante la muerte del resto de sus familiares, es importante que sepan que la muerte es algo que puede ocurrir pero que quizá no sea lo más probable y qué siempre habrá alguien a su lado para cuidarle. Se debe intentar transmitirles a los niños protección y también plantearles cómo será su vida a partir de ese momento ya que les puede generar mucha inseguridad ciertas cuestiones de la vida cotidiana.

Po último, en cuanto a los rituales de despedida existe mucha controversia, pero los profesionales indican que es recomendable incluirlos en ellos o en alguno de ellos, pero siempre explicándoles de antemano en que van a consistir, que significan y dándoles la oportunidad de que sean ellos los que elijan si quieren asistir. En el caso de que el niño y la familia estén de acuerdo en participar en los ritos funerarios es importante explicarles bien como a ser, que es lo que va a ver, como será la ceremonia, que personas acudirán y que estén siempre acompañados de una persona que pueda estar emocionalmente contenida (sin explosiones excesivas de emoción).

El tema del duelo infantil es extenso por lo que en próximas semanas seguiremos ampliando información sobre este tema y abordando diferentes cuestiones.

BIBLIOGRAFÍA:

Explícame qué ha pasado: guía para ayudar a los adultos a hablar de la muerte y el duelo con los niños

Hablemos de duelo: manual práctico para abordar la muerte con niños y adolescentes

Guía sobre el duelo en la infancia y la adolescencia: formación para madres, padres y profesores.

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