En publicaciones previas de este blog se ha hecho mención a diferentes trastornos específicos del aprendizaje, de modo que varias publicaciones se han centrado concretamente en trastornos asociados a déficits en las habilidades verbales ampliamente conocidos, como son el trastorno específico del lenguaje (TEL; https://www.psicologiaamorebieta.es/trastorno-especifico-del-lenguaje/) o el trastorno específico de la lectura (dislexia; https://www.psicologiaamorebieta.es/dislexia-cuando-la-adquisicion-de-la-lectura-se-ve-obstaculizada/). Sin embargo, esta publicación tendría por objetivo dar a conocer un trastorno del aprendizaje mucho menos conocido, cuyos déficits afectan especialmente a las habilidades no verbales y cuya identificación desde el ámbito familiar o escolar resulta más complicado precisamente debido a su desconocimiento. Específicamente, estaríamos hablando del Trastorno de Aprendizaje No Verbal, también conocido por el acrónimo TANV.
¿Qué es TANV y Cómo se Diagnostica?
Tal y como se ha mencionado, el TANV se encuentra enmarcado dentro de los trastornos específicos del aprendizaje, constituyendo como resultado un trastorno de carácter crónico, y caracterizándose concretamente por la presentación de déficits no verbales. Entre estos déficits se encontrarían principalmente aquellos relacionados con la capacidad visuoperceptiva y visuoconstructiva, así como con el funcionamiento socioemocional. Si bien es cierto que la literatura científica sustenta desde hace años la existencia de este trastorno, éste no aparece reflejado en los manuales diagnósticos de mayor relevancia a nivel internacional como son: el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). Sin duda alguna, este hecho ha contribuido al desconocimiento de este trastorno, al tiempo que ha dificultado la elaboración de unos criterios diagnósticos consensuados.
Actualmente, el criterio diagnóstico más utilizado en el TANV sería la existencia de diferencias entre el rendimiento presentado en inteligencia verbal y no verbal. Sin embargo, dado que es ampliamente reconocido que el cuadro sintomatológico presentado por niños con TANV no se circunscribe únicamente a dicho aspecto, a continuación, se presentan los criterios diagnósticos de mayor complejidad propuestos por Mammarella y Cornoldi (2014):
- Déficits en inteligencia visoespacial con una inteligencia verbal relativamente preservada (1 desviación típica de diferencia entre ambos índices)
- Déficits visuoconstructivos (asociados a dificultades en la integración de elementos, localización espacial y habilidad motriz fina)
- Déficits en habilidades matemáticas [escritura de números en espejo y dificultades en cálculo (confusión a la hora de ubicar las cifras en la columna correspondiente y errores en la aplicación de llevadas)]
- Déficits en la memoria de trabajo visuoespacial (es decir, en la capacidad que permite mantener en la mente información de tipo visual y manipular o modificar dicha información al mismo tiempo)
- Déficits sociales y emocionales (dificultades en la comprensión de emociones y en habilidades sociales)
¿Profundizamos en las dificultades que caracterizan el TANV?
Además de las dificultades ya mencionadas (sobre las cuales incidiremos un poco más), tal y como se describe a continuación, el TANV también cursa con la afectación de otras funciones cognitivas:
- Capacidad atencional: entre las dificultades atencionales mostradas por los niños con TANV se encuentran aquellas relativas a la capacidad de sostener o mantener la atención, así como para seleccionar determinados estímulos de interés en detrimento de otros. Estas dificultades se encontrarían específicamente asociadas a estímulos o información de carácter visual, por lo que ante tareas atencionales de tipo auditivo (ej. escuchar la lección del profesor) los niños con TANV presentarían un adecuado desempeño.
- Procesos mnésicos: en relación a este dominio cognitivo cabe destacar que también resultan habituales las dificultades específicas en el aprendizaje y recuerdo de información de tipo visual, existiendo déficits en aquellas actividades que requieren comprender, integrar, o ubicar espacialmente información de tipo visual (ej. aprendizaje y memorización de gráficas, mapas, etc.). Al igual que en el caso de los procesos atencionales, la capacidad para aprender y recordar información proporcionada por la vía auditiva se encontraría preservada.
- Lenguaje: a nivel de lectoescritura los niños con TANV también suelen presentar dificultades en las fases iniciales de aprendizaje como consecuencia de una dificultad para integrar y aprender los diferentes grafemas. Esto conlleva una lentitud en los procesos de descodificación (grafema-fonema) y codificación (fonema-grafema) asociados a la lectura y la escritura, respectivamente. No obstante, una vez dicho aprendizaje es adquirido y automatizado la velocidad lectora suele ser adecuada. Asimismo, puede haber una dificultad para comprender el lenguaje no literal tanto por la vía escrita como por la vía oral, de forma que les resulta costoso interpretar adecuadamente dobles sentidos, ironías, sarcasmos o realizar inferencias (es decir, comprender contenidos no expresados explícitamente). Además, también pueden presentar dificultades en relación al manejo e interpretación de los aspectos pragmáticos del lenguaje (entonación del habla, mirada, expresiones faciales, gestos, posturas…).
- Habilidades matemáticas: el nivel de afectación presentado por los niños con TANV en habilidades matemáticas es siempre superior al mostrado en relación al desarrollo del lenguaje, constituyendo específicamente dicho déficit un criterio diagnóstico de relevancia. Entre los déficits observados en niños con TANV, se encuentran las dificultades relativas tanto al cálculo como al razonamiento de tipo matemático, lo que inevitablemente conlleva que puedan encontrar grandes dificultades a la hora de seguir el ritmo de la asignatura de matemáticas en el contexto escolar. Además, en el campo específico de la geometría suelen presentar también notables dificultades, dado que éste implica el procesamiento de información visual y espacial de las figuras.
- Habilidades perceptuales y motrices: en esta área pueden observarse marcadas dificultades en cuanto a la capacidad de razonamiento visual (ej. identificar secuencias lógicas entre estímulos visuales), así como en la capacidad visuoconstructiva (ej. copia de dibujos, reproducción de maquetas o puzles…) debido a dificultades en la organización de elementos en el espacio, el mantenimiento de las proporciones, la planificación visual, el procesamiento global del estímulo a reproducir, etc. Asimismo, los niños afectados por el TANV también presentan dificultades en orientación espacial, percepción egocéntrica (identificación de las partes del cuerpo) y agnosia táctil (dificultad en el reconocimiento de objetos a través del tacto) debido a dificultades en la representación mental del peso y el tamaño de los objetos. Además, también suelen presentar déficits motores que afectan a la fuerza de agarre con la mano, la velocidad de golpeteo, así como la coordinación motora en términos generales.
- Funcionamiento ejecutivo: a pesar de que en un inicio se descartó la afectación del funcionamiento ejecutivo en el TANV, posteriormente se han identificado dificultades relativas a la flexibilidad cognitiva y, consecuentemente en la capacidad de resolución de problemas. Todo ello, conlleva cierta resistencia y dificultades en los niños que presentan el trastorno a la hora de hacer frente a posibles cambios en la rutina o a situaciones novedosas, mostrando además una tendencia a perseverar en el modo de afrontarlas con independencia del resultado obtenido. Por otro lado, se observaría también una alteración de la memoria de trabajo visoespacial, tal y como se ha comentado previamente en los criterios diagnósticos, no así en la memoria de trabajo de tipo auditivo.
- Habilidades sociales: tal y como se ha mencionado en el apartado de lenguaje, el perfil del TANV también se caracterizaría por dificultades en aspectos relativos al uso social del mismo. Por tanto, y dado que las habilidades sociales se encuentran afectadas, los niños con TANV pueden presentar problemas a la hora de relacionarse con personas que no pertenecen a su entorno familiar cercano, tanto iguales como adultos, pudiendo mostrar retraimiento o aislamiento, ansiedad social o incluso conductas interpersonales inadecuadas.
- Gestión emocional: por último, pero no menos importante, dado el sufrimiento que las problemáticas mencionadas conllevan en los niños con TANV, éstos pueden presentar con mayor probabilidad sintomatología de tipo ansioso-depresivo.
De acuerdo con el tipo de dificultades mencionadas, el TANV es un trastorno que puede llegar a afectar el desempeño motor, académico, social y emocional de aquellos niños que lo padecen. Consecuentemente, el establecimiento de un diagnóstico temprano resulta esencial no solo con el fin de establecer un perfil cognitivo y de dificultades personalizado para cada niño, sino también para implementar una intervención neuropsicológica y/o psicoterapéutica adaptada a sus necesidades específicas que les permita obtener el máximo provecho de sus recursos y capacidades cognitivas.
Excelente