En la anterior entrada, os hablé de lo que era un método educativo y lo importante que era para la educación de las niñas/os. También hablé del método Montessori y de las características del mismo.
Hoy os vengo hablar del Sistema Amara-Berri.
Éste sistema, tiene como principal característica que utiliza el juego y las situaciones que se dan en el día a día para el desarrollo y posterior adquisición de competencias. Basa su aprendizaje en la simulación de la vida cotidiana, centrando la atención por un lado en el sistema globalizado y abierto y por otro lado en el proceso vital.
El primero, pretende impulsar los procesos de desarrollo de cada estudiante, sin dividirlos, «la clave son las diferencias metodológicas”, el sistema trabaja con programas de ciclo y mezcla de edades. En cada aula se encuentran alumnos de dos años distintos. Las diferentes edades en el grupo hace que las relaciones entre ellos sean diferentes. Y un año ejercen el rol de pequeños y otro el de mayores.
Otra de las características de éste sistema es que «en lugar de materias utilizan “grandes actividades vitales“, donde todas las materias se interrelacionan alrededor de un conjunto de tareas que resultan más próximas y significativas para los alumnos. Algunas de estas actividades son la radio, el teatro, la prensa, las charlas, las marionetas, el barrio». Siendo esto así, no se usan libros de texto ni deberes ni exámenes.
Si bien he comentado que no usan materias, las aulas si que están más enfocadas en asignaturas más comunes. Así por ejemplo, la clase de matemática, estaría dividida en 4 zonas, cada una de ellas con un rol relacionado con la vida cotidiana. Una zona sería la tienda, otra el banco otra el taller y otra el hogar. Cada alumno en este caso, va rotando por las cuatro zonas de. Si empieza en el taller, genera un dinero porque ha trabajado, dinero que se le ingresa en el banco. Cuando trabaja en la tienda, tiene que familiarizarse con las unidades de kg, gr, m, cm… ya que es donde irán a comprar los que estén en casa. Los de casa, a su vez, irán al banco a retirar dinero para poder hacer la compra, y en el banco tendrán que aprender a sumar y restar dinero para llevar las cuentas de los compañeros.
Debido a que cada aula tiene un enfoque más concreto, los grupos van rotando por las diferentes aulas y no los profesores como suele hacer en el sistema tradicional. El grupo a su vez dentro del aula se divide en 4 subgrupos (uno por cada zona de trabajo) y cada alumno decide qué quiere trabajar. Así se parte del interés de cada niña/o y se hace con el objetivo de que cada alumno gane autonomía y sepa planificar su trabajo.
Esto se mantendrá así en todo el ciclo, aunque la segunda vez que pasan por el proceso, los que tienen el rol de «mayores» ayudan a los «pequeños» y ellos mismos ganan confianza y competencias.
El sistema defiende que se apuesta por la diversidad. El programa está hecho de tal manera que permite a cada alumno trabajar su propio ritmo y nivel, el proceso de aprendizaje no se detiene por cuestión de edad y también que la diferencia es considerada como cualidad y no como factor discriminante.
Además, mencionar también el servicio de biblioteca, radio, prensa y televisión. Esto es porque todas las actividades que se hacen, tiene una salida o una presentación al resto de alumnos.
En este sistema Amara Berri pretenden que las niñas/os aprenden disfrutando, siempre respetando los objetivos de cada edad y etapa.