Desde hace unos años se ha empezado a dar visibilidad a una serie de síntomas que muchas madres presentaban con la llegada de sus hijos o incluso antes de dar a luz. Actualmente no se nos hace raro escuchar la palabra: depresión postparto. Es importante poner el foco de atención en esta situación que tantas mujeres padecen, pero también es importante diferenciar que es depresión postparto y que no lo es, que síntomas acompañan a este trastorno, cuales pueden ser las consecuencias y que podemos hacer ante esta situación.
Sin duda la maternidad supone uno de los cambios vitales más profundos que una mujer puede experimentar, se trata de un viaje en el que se pasa de ocupar un papel de hija a convertirse en madre. Tradicionalmente se presentaba la maternidad como un periodo idílico de felicidad y dicha, sin tener en cuenta las posibles dificultades que casi de manera irremediable, en diferente grado según las circunstacias, ocurrirán. Es un momento vital sin igual… en el que se ponen en juego nuestras experiencias tempranas y el papel de las figuras parentales que han formado parte de nuestra infancia. La maternidad además trae consigo un cambio de vida brusco, cambio de rutinas, donde el tiempo para las relaciones sociales y para la pareja se reduce y con una fuente de estrés importante, como es la responsabilidad de asumir el cuidado de un bebe. Todo esto aderezado por los cambios hormonales inherentes al embarazo y postparto.
Según el NIMH (National Institute of Mental Health) la depresión postparto es una alteración del estado de ánimo caracterizado por una profunda tristeza, irritabilidad, ansiedad, cambios de humor, sentimientos de culpa e inutilidad, dificultades para dormir y dificultades para cuidar de sí mismas y otras personas. Es importante que podamos diferenciar la depresión postparto del denominado Baby Blues. El segundo responde a sentimientos de tristeza, preocupación… que suelen darse la primera semana o diez días después del parto y que con el apoyo del entorno pueden resolverse.
Si los síntomas persisten y son cada vez más agudos, es momento de que pidamos ayuda, familiar y profesional. Algunos de los síntomas que acompañan a las alteraciones del estado de ánimo en las depresiones postparto son, entre otros: tener problemas para concentrarse, trastornos del sueño, sentir enfado, sentimiento de incapacidad para poder cuidar al bebe y de sí misma, aislamiento social y familiar, tener problemas para crear el vínculo con el bebe, incluso sentimientos de rechazo hacia él. Si estos síntomas aparecen y se prolongan en el tiempo es importante que se pida ayuda psicológica. Síntomas de estas características pueden incluso ir apareciendo durante el embarazo por lo que es importante no ignorarlos y comenzar un trabajo terapéutico para aliviar ese malestar y poder prevenir problemas futuros más graves.
Pero no solo queremos poner el foco de atención en la sintomatología de la depresión postparto sino en la importancia de la prevención de esta. Lo primero es conocer cuáles son los posibles factores de riesgo o circunstancias que pueden favorecer que se desencadene una depresión postparto. A nivel médico es importante tener en cuenta el factor hormonal y descartar que este pueda estar afectando a la salud mental de la madre. La manera en que se ha desarrollado el parto y situaciones como un parto prematuro también pueden favorecer la aparición de la depresión postparto. Dificultades conyugales y problemas familiares también se consideran factores de riesgo. Por último, recordar que la falta de sueño es una de las circunstancias que puede influir en la aparición de sintomatología depresiva.
Para finalizar exponemos cuales son algunos de los factores protectores frente a la depresión postparto.
- Es importante que la madre duerma todo lo que pueda
- Contar con una red de apoyo: ayudando a la madre en lo que necesite, como las labores del hogar o simplemente para acompañar en la crianza.
- Compartir con otras madres en situaciones similares o que hayan pasado por esa experiencia. No para compararte como madre, sino para resolver dudas que aparecen habitualmente o solamente para hablar y sentirte comprendida.
- Pedir ayuda ante cualquier cuestión de la crianza con profesionales: actualmente se cuenta con algunos recursos en sanidad pública y de manera más extensa en la sanidad privada.
- No te exijas, haz lo que puedas.
Y por último recuerda lo más importante para tu bebe es que tu estés bien, no que seas perfecta.