DAÑO CEREBRAL ADQUIRIDO: ¿QUÉ PUEDE APORTAR LA NEUROPSICOLOGÍA? ¿EN QUÉ CONSISTE LA REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓGICA? (PARTE III)

¿Qué Puede Ofrecer la Neuropsicología ante un DCA?

La neuropsicología constituye una disciplina enmarcada dentro de la psicología que se ocupa del estudio de la relación existente entre el cerebro y el comportamiento de las personas, el cual incluye no solo la conducta observable en estas, sino también el funcionamiento cognitivo y emocional subyacente. Por ello, desde la perspectiva neuropsicológica, tras un DCA resulta de vital importancia realizar un proceso de evaluación exhaustivo y riguroso que permita establecer qué áreas cognitivas, emocionales, conductuales y funcionales han podido verse afectadas y cuáles, por el contrario, han permanecido intactas. Además, la información derivada de dicho proceso permitirá adecuar la intervención que cada persona debe recibir para favorecer al máximo su mejoría en el menor periodo de tiempo a través de intervenciones como la rehabilitación cognitiva. Puesto que desde Psicología Amorebieta nos parece importante que nuestros pacientes y sus familiares sepan qué deben esperar de cada uno de estos procesos, y tras haber profundizado ya en un post previo sobre el papel de la evaluación neuropsicológica (Parte II), os explicamos en qué consiste la rehabilitación neuropsicológica en el DCA (Parte III).

¿En qué consistirá la rehabilitación cognitiva?

La rehabilitación neuropsicológica es un tipo de intervención no farmacológica dirigida a la mejora o la ralentización de la progresión de los síntomas cognitivos, emocionales y conductuales causados como consecuencia de lesiones cerebrales o procesos de neurodegenerativos. El objetivo último de este tipo de intervención no es otro que el de mejorar o favorecer el mantenimiento de la autonomía personal y, consecuentemente, de la calidad de vida y bienestar de la persona. Por todo ello, se trata de un tipo de intervención cada vez más ampliamente utilizada en el ámbito del DCA.

Déficits cognitivos

            La mejora de los déficits cognitivos asociados al DCA, desde la perspectiva de la rehabilitación neuropsicológica, recae en la utilización de tres tipos de estrategias diferentes, pero al mismo tiempo complementarias: la restauración o restitución, la optimización y la compensación.

La primera estrategia mencionada, restauración o restitución, se basa en el entrenamiento y estimulación repetitiva de las funciones cognitivas que hayan podido verse afectadas (atención, velocidad con la que se procesa la información, memoria, lenguaje, planificación, resolución de problemas, etc.). Este tipo de entrenamiento puede (y conviene) ser realizado a través de actividades y juegos atractivos y entretenidos. Así, esta estimulación puede llevarse a cabo no solamente a través de recursos de papel y lápiz, sino también de materiales manipulativos, actividades y juegos de ordenador o, incluso, juegos de mesa. En relación a los juegos de mesa, resulta necesario aclarar que si bien por sí solos no tienen el objetivo de rehabilitar, son una de las herramientas que podemos utilizar en combinación con otras para estimular las diferentes funciones cognitivas. En cualquier caso, la actividad a realizar siempre debe implicar un cierto grado de dificultad para la persona con el DCA, de forma que implique un reto asumible a nivel cognitivo. Además, conviene que sea posible aumentar gradualmente su nivel dificultad, lo cual normalmente se consigue a través de la limitación del periodo de tiempo disponible para realizar la tarea o bien de la introducción nuevos elementos en la misma que hagan que ésta sea cualitativamente más complicada. Esta estrategia se fundamenta en la capacidad neuroplástica del cerebro, es decir, en la capacidad de dicho órgano para modificar su estructura y modo de funcionamiento, en este caso tras haber sufrido una lesión, a través de la estimulación repetitiva.

La estrategia de optimización consiste en la utilización de aquellas funciones cognitivas que han permanecido preservadas tras el DCA como forma de optimizar el desempeño en tareas que conllevan la implicación de una función afectada.Este tipo de estrategias son especialmente utilizadas en la rehabilitación de los procesos mnésicos.Así, puede llevarse a cabo un entrenamiento en lo que se denominan estrategias mnemotécnicas, las cuales permiten favorecer el aprendizaje y posterior acceso a la información apredida a través de la generación, organización y categorización de la información, así como de la creación de asociaciones creativas, entre otros. Este tipo de estrategias pueden ser de tipo verbal o visual. Así, mientras las primeras suelen aprovechar las características semánticas o fonológicas de la información a aprender a favor del aprendizaje, las segundas implican la utilización de representaciones visuales de dicha información. Además, el entrenamiento en técnicas de estudio específicas también puede ser interesante en algunos casos.En próximos blogs, profundizaremos en el modo de empleo de diferentes estrategias mnemotécnicas.

Por último, la estrategia de compensación, como su propio nombre indica, se encuentra dirigida a tratar de compensar aquellas funciones que se han perdido como consecuencia del DCA, bien de forma temporal o definitiva, a través del entrenamiento en la utilización dediferentes recursos externos. Estos recursos suelen estar orientados a mejorar el funcionamiento de la persona en aspectos muy concretos de su vida diaria, de modo que tienen un claro impacto en el nivel de autonomía de la persona que ha sufrido el DCA, mejorando su propia calidad de vida e indirectamente también la de sus familiares. Entre los recursos que pueden utilizarse se encontrarían, por ejemplo, los calendarios, las agendas, las alarmas, los GPS, los libros de recuerdos, las etiquetas de señalización, los sensores o detectores. En el siguiente link ofrecemos información más detallada sobre diferentes tipos de recursos que se pueden emplear: https://www.psicologiaamorebieta.es/dificultades-de-memoria-como-compensarlas/

Déficits funcionales

Además de emplear las estrategias previamente descritas en el apartado relativo a los déficits cognitivos, las cuales deberían favorecer no solo dicho tipo de dificultades sino también las de tipo funcional, puede resultar conveniente utilizar estrategias de reentrenamiento dirigidas a la recuperación de la capacidad para realizar aquellas actividades específicas del día a día que hayan podido verse afectadas. Este reentrenamiento puede incluir actividades como realizar tareas en el hogar (ej. limpieza o preparación de comidas) o en el ámbito laboral (ej. trabajar con determinado tipo de datos o comprender un determinado tipo de textos), utilizar distintos tipos de utensilios (cubiertos, peine, cepillo de dientes, herramientas, etc.), manejar dinero o una tarjeta de crédito para realizar compras, etc. Para poder llevar a cabo este tipo de reentrenamiento siempre suele ser conveniente contar con la colaboración de familiares cercanos, los cuales mediante pautas específicas podrán intervenir y colaborar en el proceso rehabilitador.

Síntomas afectivo-conductuales

            El enfoque del abordaje de la sintomatología afectivo-conductual puede ser diferente en función de cuál sea el origen de dicha sintomatología. Así, en aquellos casos en los que la sintomatología sea consecuencia directa de la lesión, es decir, del daño sufrido por parte de diferentes estructuras cerebrales, el abordaje suele realizarse a través de la mejora de los déficits cognitivos que puedan estar repercutiendo negativamente, así como a través de técnicas de modificación de conducta, de forma que se refuercen las conductas deseadas a través de recompensas y se desalienten las no deseadas a través de la retirada de éstas o de pequeñas consecuencias negativas. Como es evidente, en aquellos casos en los que la persona afectada por el DCA presente un nivel de consciencia e introspección adecuado, debe incluírsele en el proceso de establecimiento de las técnicas específicas a utilizar. Además, es de especial relevancia que los miembros de la familia cercana, siendo ellos quienes más tiempo comparten con la persona con DCA, actúen como un agente más en la intervención, de modo que se les dotará de recursos para que sean capaces de manejar las diferentes situaciones que puedan surgir de la forma más adecuada. Por el contrario, en aquellos casos en los que los síntomas afectivos y conductuales sean reactivos a la situación sufrida y a las limitaciones asociadas a ésta, el abordaje debe estar centrado en la psicoterapia. Así, se intervendrá sobre el duelo asociado a la lesión y las limitaciones que ésta haya podido causar, la aceptación y adaptación a la nueva situación, la readaptación a posibles aspectos recuperables del proyecto de vida previo, así como sobre la gestión de posibles miedos e inseguridades que hayan podido surgir, entre otros.  

Conciencia del déficit

Por último, aquellas intervenciones que incluyen como objetivo terapéutico la consecución de una adecuada conciencia del déficit buscan conseguir que la persona que ha sufrido el DCA comprenda el tipo de lesión que ha sufrido, acepte los déficits que ésta ha causado y reconozca las consecuencias que éstos están generando en su vida diaria.Esto puede lograrse a través de diferentes estrategias como la psicoeducación, el feedback, la realización de tareas estructuradas o la psicoterapia. Así, la psicoeducación consistiría simplemente en ofrecer información útil y rigurosa, tanto a la persona que ha sufrido el DCA como al entorno cercano de ésta, sobre la naturaleza de la lesión, los déficits cognitivos y funcionales asociados. Es conveniente señalar que aunque este tipo de estrategia se haya incluido en el apartado relativo al tratamiento de la conciencia del déficit, la psicoeducación siempre es útil tras un DCA, dado que para la persona afectada y su familia siempre resultará beneficioso el poder disponer de información de calidad. Por otro lado, el proporción de feedback consiste en la realización de comentarios constructivos acerca del desempeño de la persona en la realización de diferentes actividades, pudiendo ser proporcionado dicho feedback no solo por el neuropsicólogo de referencia sino también por el entorno cercano de la persona afectada por el DCA. La realización de tareas estructuradas, es un tipo de estrategia que también favorece una adecuada conciencia del déficit, dado que permite que la persona afectada por el DCA trate de predecir su nivel de desempeño en la tarea correspondiente, para posteriormente compararse dicha predicción con el desempeño real mostrado. Por último, la psicoterapia resultaría especialmente útil en aquellos casos en los que la persona no es capaz de aceptar las dificultades presentadas debido a la activación de mecanismos protectores de negación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *