¿Cómo influye el concepto del amor romántico en la forma de relacionarnos?

A día de hoy, en nuestra sociedad, el concepto del amor romántico sigue teniendo mucha fuerza y esto hace que a nivel social se produzca una idealización del amor. Esta noción del amor se asocia a creencias que provocan la idealización de las parejas, dejando a un lado la identificación de conductas dañinas o negativas y creando así un comportamiento que empuja a sacrificarse y a sufrir por amor. Estas creencias tienen como consecuencia el aumento de violencia en las relaciones de pareja, ya que se transmite un mensaje que perpetúa comportamientos violentos (Marroquí y Cervera, 2014). Además, las altas expectativas que se generan en torno al amor, que casi siempre son inalcanzables e irreales, pueden acarrear importantes consecuencias personales como insatisfacción, depresión y angustia (Ferrer y Bosch, 2013). 

La idea del amor romántico es la encargada de mantener mitos, es decir creencias socialmente compartidas, acerca de lo que se supone que tiene que ser el amor (Yela, 2006).  Algunos de los mitos son los siguientes:

  • La media naranja: Creencia de que hay una persona predestinada para cada una, existiendo así una única elección o la elección perfecta. 
  • Emparejamiento o pareja: Creencia de que la monogamia amorosa es algo que ha estado y está presente en todas las culturas y épocas y que estar en pareja (heterosexual) es natural y universal. 
  • La exclusividad: Creencia de que solo se puede sentir y demostrar amor a una única persona. 
  • La fidelidad: Creencia de que si es amor verdadero todos los deseos deben satisfacerse con esa única persona. 
  • Los celos: Creencia de que los celos son una muestra de amor. 
  • La equivalencia: Creencia de que el amor y el enamoramiento son equivalentes, de manera que si se deja de estar apasionadamente enamorada significa que ya no se ama y que hay que abandonar la relación. 
  • La omnipotencia: Creencia de que el amor puede con todo. Los obstáculos, sean cuales sean, se pueden superar si el amor es verdadero. 
  • El libre albedrío: Creencia de que los sentimientos amorosos no están influenciados por factores socioculturales. 
  • El matrimonio o la convivencia: Creencia de que debe haber una unión estable, representada por la institución del matrimonio. 
  • La pasión eterna o la perdurabilidad: Creencia de que el amor romántico y pasional debe ser de la misma intensidad durante toda la relación. 

Como mencionamos arriba, estos mitos califican ciertas actitudes como muestras de amor cuando deberían identificarse como violentas, en relación con esto, muchos autores confirman que existe una correlación entre la violencia y el amor romántico. En una investigación de Marroquí y Cervera (2014) se indica que se muestra una gran interiorización de los términos más sutiles de mitos del amor romántico como “el amor es ciego” o “el amor puede con todo” y esto hace que no se detecten los primeros signos de una relación de violencia. 

Así, la creencia de que el amor es lo que da sentido a la vida y creer que darse por vencido en el amor es un fracaso, retrasa la decisión de romper con dichas relaciones o buscar ayuda, ya que creer que el amor es omnipotente hace que se crea que la pareja cambiará y las dificultades se superarán. Si se cree que la violencia y el amor son compatibles, se puede llegar a justificar que los celos, la posesividad y el comportamiento controlador son signos de amor. En resumen, creer en estos mitos lleva a justificar acciones violentas y, por el contrario, ponerlos en duda se asocia con la menor aceptación de comportamientos violentos y una mayor calidad de pareja (Perea y Viejo, 2020).

Por otro lado, nuestras creencias y expectativas en lo que respecta al amor están influenciadas por las narrativas que se dan en canciones, cuentos y películas (Coral Herrera, 2011). Dicho esto, aprendemos que el amor es un deber en la vida de una mujer, ya que culturalmente se enseña que el principal propósito en la vida de una mujer es amar (Pérez y Fiol, 2013). En cambio, en el caso de los hombres, se enseña que el amor tiene un objetivo y un final, es decir, no es el principal interés en sus vidas porque se establecen límites en la identificación con el amor (Domínguez et al., 2020). A su vez, en el modelo masculino tradicional el desamor no está estrechamente relacionado con el fracaso personal porque se entiende que el éxito personal está muy alejado del amor o la familia (Pérez y Fiol, 2013).

Internalizar ideas de amor romántico puede generar problemas de ajuste personal, sobre todo en el caso de los adolescentes, o en sus dinámicas de relación, lo que les puede llevar a mantener relaciones demasiado exigentes. Esta internalización produce decepción por el incumplimiento de las expectativas y normalización o tolerancia de comportamientos desadaptativos, interpretando como una dinámica normal comportamientos violentos dentro de la pareja (Ferrer, Bosch, y Navarro, 2010). Para que esto no suceda, la coeducación es necesaria, de manera que se replanteen conceptos erróneos sobre el amor y así se puedan relacionar con respeto, confianza y compromiso (Ferrer Bosch y Navarro, 2010). Se les debe facilitar herramientas para que puedan criticar modelos desadaptativos de amor y para que sean capaces de reestructurar y revisar sus creencias y mitos (Merino, 2016). 

La perspectiva de género es necesaria para comprender cómo somos formados en la sociedad como hombre o mujer, es decir, para  poder analizar los roles de género y así comprender cómo moldeamos nuestra concepción del amor. Visto así, se podrían responder preguntas como por qué las parejas continúan juntas a pesar de que exista violencia (explícita e implícita) (Domínguez et al., 2020). La socialización preventiva de la violencia de género se ha mostrado como una posible opción para prevenir las relaciones violentas. Se define como un proceso social a través del cual aprendemos sobre normas y valores con el fin de apoyar conductas de igualdad y respeto y prevenir conductas que conduzcan a la violencia (Guzmán & Bolio, 2010).

Referencias: 

Domínguez, Y. A. H., Ríos, A. D. L. C., & González, E. E. B. (2020). Creencias del amor romántico en adolescentes: una intervención desde la investigación-acción. Sinéctica, Revista Electrónica de Educación, (55). 

Ferrer, V. A., Bosch, E., y Navarro, C. (2010). Los mitos románticos en España. Boletín de psicología(99), 7-31.

Ferrer, V. y Bosch, E. (2013) Del amor romántico a la violencia de género. Para una coeducación emocional en la agenda educativa. Revista de Currículum y Formación del Profesorado, vol. 17, núm. 1, pp. 106-122.  

Guzmán, G. y Bolio, M. (2010). Construyendo la herramienta de perspectiva de género: cómo portar lentes nuevos. México: Universidad Iberoamericana.

Marroquí, M. y Cervera, P. (2014). Interiorización de falsos mitos del amor romántico. Reidocrea, vol. 3, pp. 142-146

Merino Verdugo, M. E. (2016). Sexismo, amor romántico y violencia de género en la adolescencia.Universidad Complutense de Madrid. 

Perea, L. G., y Viejo, C. (2020). Mitos del Amor Romántico y Calidad en las Relaciones Sentimentales Adolescentes. Revista Iberoamericana de Psicología, 13(1).

Pérez, V. F., y Fiol, E. B. (2013). Del amor romántico a la violencia de género. Para una coeducación emocional en la agenda educativa. Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, 17(1), 105-122.

Yela, C. (2006). Del Amor Adictivo. I Encuentro Profesional sobre Dependecia Sentimentales, Fundación Instituto Spiral.

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