La Procrastinación

¿Qué es la procrastinación?

La procrastinación es un fenómeno psicológico que consiste en posponer tareas importantes, incluso siendo conscientes de que este retraso puede acarrear consecuencias negativas (Steel, 2011 en Angarita, 2012). Es un conflicto interno: una lucha entre el deber y el placer, entre lo que debemos hacer y preferimos hacer en ese momento.

 

 

Aun así, procrastinar no es simplemente dejar algo para después, si no que es evitar deliberadamente algo que sabemos que debemos realizar (y que posiblemente en un momento u otro deberemos hacer…). Aunque a corto plazo, puede llegar a ser beneficioso, a largo plazo, nos puede generar estrés, culpa y frustración, por el aumento de la carga de trabajo pendiente, incluso, en algunos casos, puede derivar en la evitación definitiva de la tarea. Es una conducta evasiva que, más allá de ser ocasional, puede convertirse en un patrón crónico que afecta al rendimiento académico, profesional y hasta personal. 

¿Por qué ocurre?

Esto no solamente implica una baja responsabilidad y gestión del tiempo, sino que supone un problema de autorregulación a nivel cognitivo, afectivo y conductual (Díaz-Morales, 2017). Implica una tendencia a dar prioridad a actividades más gratificantes o menos demandantes que la tarea pendiente. Steel (2011, en Angarita, 2012) propone un modelo explicativo con los siguientes factores decisivos:

  • La expectativa de éxito. 

Nuestra percepción sobre cómo podemos llegar a completar la tarea, si los resultados serán o no positivos. Si existe ansiedad y miedo al fracaso, el estado puede llevarnos a una especie de parálisis a tomar decisiones o iniciar en la tarea. 

  • La valoración de la tarea. 

Qué tan importante o significativa consideramos que es la actividad para nosotros.

  • Demora en la recompensa. 

Cuanto tiempo percibimos que necesitaremos para obtener la recompensa. 

  • Impulsividad. 

Nuestra disposición a elegir actividades más inmediatas y placenteras, evitando aquellas que requieren un esfuerzo sostenido representando la incapacidad de un sujeto para tolerar la incomodidad.

Según este modelo, los mayores procrastinadores son aquellos con una baja expectativa de éxito, poca valoración de la tarea, mayor impulsividad y una percepción de que las recompensas por llegar a la meta de la tarea están muy lejos. Además, menciona que la procrastinación y la impulsividad comparten una base en común, considerándose dos caras de la misma moneda: la dificultad de regular el comportamiento en función de metas a largo plazo. Mientras que la impulsividad se relaciona con la incapacidad para resistir actividades que no convienen, la procrastinación implica la incapacidad de iniciar aquellas que sí conviene realizar Steel (2011, en Angarita, 2012). 

¿Cómo podemos superar la procrastinación? 

Aunque parezca un hábito inquebrantable, existen estrategias efectivas para abordarlo:

  1. Encuentra motivación intrínseca. Consiste en encontrar algún significado a la tarea, es decir, que se adapte a su valor real. 
  1. Descomponer la tarea en pequeños pasos y añade recompensas inmediatas a estas subtareas. De esta manera se consigue reducir el sentimiento de abrumación y facilita su inicio. Además , el hecho que las subtareas tengan recompensas tangibles también motivan para avanzar. 
  2. Gestiona tu entorno, liberando el ambiente de distracciones y organiza tus recursos para facilitar la concentración. 

 

En conclusión, la procrastinación es un reflejo de cómo manejamos nuestras emociones, expectativas y prioridades. Es un hábito que, aunque está profundamente arraigado, puede ser transformado mediante estrategias conscientes. Primero, debemos de reconocerla como una oportunidad al cambio y tras abordar las causas subyacentes, desarrollar nuevas habilidades y replantear nuestras actitudes hacia las tareas, podemos construir un enfoque más efectivo y satisfactorio hacia nuestras metas. Recuerda, procrastinar es sólo un hábito, y como todo hábito, puede ser reemplazado por otro más constructivo. La próxima vez que venga este impulso de dejar algo para mañana, pregúntate: ¿Qué puedo hacer hoy para acercarme un paso más a este objetivo?.

 

Angarita, L.D. (2012). Aproximación a un concepto actualizado de la procrastinación. Revista Iberoamericana de Psicología: ciencia y tecnología, 5(2), 84-94. https://doi.org/10.33881/2027-1786.rip.5209 

Díaz-Morales, J.F. (2017). Procrastinación: Una Revisión de su Medida y sus Correlatos. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación, 51(2), 43-60. https://doi.org10.21865/RIDEP51.2.04 

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