“El intestino: nuestro segundo cerebro”

En la literatura científica se puede encontrar una gran variedad de investigaciones que establecen una relación entre la microbiota intestinal (MI) y el desarrollo de diferentes enfermedades neuropsicológicas como, por ejemplo, la enfermedad de Parkinson (EP), la enfermedad de Alzheimer (EA), la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la neuromielitis óptica y la esclerosis múltiple. Estas investigaciones son producto del interés científico acerca de la conexión cerebro-intestino. Actualmente se considera que el intestino, el sistema nervioso y el comportamiento se encuentra mucho más interconectado de lo que se suponía, en gran parte debido a la influencia de las bacterias intestinales (el microbioma) en el bienestar emocional (Miller, 2018).

     El concepto de holobionte empleado en numerosos artículos científicos viene a reforzar el enfoque del intestino como segundo cerebro. Este concepto tan novedoso hace referencia a que el ser humano convive con su microbioma, cuya resultante es una síntesis de superorganismo (Moya, 2019).

Recordemos también que la serotonina, o 5-HT conocida coloquialmente como la hormona de la felicidad, es el neurotransmisor principal en el llamado segundo cerebro y que realiza entre otras funciones, una gran contribución en los procesos de aprendizaje y de memoria.

¡De ahí la importancia de la necesidad de incorporar la salud intestinal dentro del enfoque de la neurorrehabilitación! Incluso ya existen publicaciones científicas que apuntan al tratamiento preventivo de determinadas patologías neuropsicológicas como en la EA el empleo, entre otros tratamientos, de la toma de probióticos. Ya que sus efectos inciden de forma directa a la MI. Los probióticos se pueden definir como microorganismos vivos no patógenos, empleados como suplemento alimenticio que mejoran el equilibrio intestinal generando beneficios sobre la salud de forma general (Manzano, Estupiñán y Poveda, 2012).

Referencias:

Manzano, A, Claudia, Estupiñán G, Diana y Poveda E. Elpidia. (2012). Efectos clínicos de los probióticos: qué dice la evidencia. Revista clínica de nutrición, 39 (1).

Miller, Ian. (2018). El eje intestino-cerebro: reflexiones históricas, Ecología microbiana en la salud y la enfermedad. 29: 2, DOI: 10.1080 / 16512235.2018.1542921

Moya, Andrés (2019). Yo soy yo con mis microbios. VIII Lección Magistral Andrés Laguna. https://digital.csic.es/bitstream/10261/220790/1/yomismicrobi.pdf

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