“Durante la batalla de Maratón, un ateniense de nombre Epizelos perdió súbitamente la vista, sin haber recibido un solo golpe, al contemplar la muerte de un compañero próximo por un gigantesco enemigo…”
Heródoto: “Historia, Libro VI” (440 a.C.)
A lo largo de toda la historía del Homo Sapiens Sapiens se han dado conflictos de todo tipo, desde pequeños altercados, a grandes batallas que podríamos denominar épicas y de carácter más grave, como pueden ser las confrontaciones bélicas, también llamadas comúnmente guerras.
Hace no mucho que comenzamos un nuevo siglo y, viendo lo visto pudiera parecer que seguimos sin una aparente evolución sociocultural. Como colectivo, no hemos llegado a erradicar del todo ciertos comportamientos de índole nefasto, lo cual dicho sea de paso, no nos invita al optimismo. Por la parte que me toca, he de decir, que lo último que se pierde es la esperanza y siempre podemos ver algo de luz, sobretodo en aquellos colectivos humanos que se organizan sin animo de lucro realizando conductas prosociales, con el único fin de ayudar de manera altruista y humanitaria, volviendo a dignificar a la especie humana.
Actualmente, la teoría de los juegos, se viene aplicando en muchos campos, desde la Economía y la Sociología, pasando por la Biología y también, en este caso que nos ocupa, la Psicología. Es una teoría que se utiliza para estudiar la propia conducta humana y más específicamente en lo referente a la toma de decisiones. Aunque no parezca ser así de primeras, esta teoría se formalizó por primera vez a raíz del uso de la estrategia militar, durante la década que transcurre entre 1940 y 1950 (es la época de la guerra fría), por John von Neumann y Oskar Morgenstern, siendo John Nash quién la revolucionó a través de su representación matemática. El conflicto bélico que está padeciendo a día de hoy Ucrania a raíz de la invasión que está ejerciendo Rusia, es un tipo de juego clasificado como “juego de suma no cero”, donde no ocupan lugar los vencedores, puesto que en todos y cada uno de los casos existe pérdida asociada, tanto para un bando como para otro, aunque pudiera parecer lo contrario.
Durante el transcurso de las guerras, como ya supondréis, se retratan experiencias tan impactantes que producen secuelas de gran calado, tanto con efectos inmediatos como retardados, produciendo graves trastornos mentales. Estas experiencias abarcan desde la misma crueldad, miseria y el sufrimiento asociado, lesiones de todo tipo y, en último término, la muerte de seres allegados y queridos. Estas experiencias, poseen grandes repercusiones dejando huella, pudiendo reconvertirse en diferentes traumas psíquicos y sociales. Diferentes estudios consideran que la prevalencia de problemas asociados a la salud mental en zonas de guerra es tres veces superior a la del resto del mundo. Según diferentes estimaciones de la OMS, el 22% de las personas que padecen y viven en territorios en las que se dan este tipo de conflictos desarrollan algún tipo de trastorno mental.
Los trastornos mentales más comunes asociados a la guerra :
- Depresión y ansiedad
- Los trastornos del humor o afectivos
- Distimia (ánimo melancólico)
- Hipomanía (alteraciones del ánimo)
- Manía.
- Estrés agudo
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
- Trastorno bipolar o esquizofrenia
- Reacciones psicóticas
- Trastornos disociativos y conversivos
Ilustración: Maitane Azurmendi