TRASTORNOS DE EXCRECIÓN II

Como comentamos en la anterior entrada, el trastorno de excreción o eliminación se define como la dificultad del niño para controlar los esfínteres, siendo los más comunes la enuresis y la encopresis. Hoy nos centramos en esta última.

Encopresis

En este caso, la encopresis, es un problema que aparece cuando los niños no controlan de forma adecuada la respuesta de defecación. Esto engloba situaciones distintas, por ejemplo, que el niño no controla el esfínter y no consigue llegar al inodoro, que el niño lleve muchos días sin hacer caca hasta que no consigue aguantar más, que hace caca en lugares inapropiados, etc. Esta se puede manifestar de dos formas diferentes:

La defecación: Esta se produce por la contracción voluntaria de los músculos abdominales y torácicos, y la relajación de los esfínteres externos del ano.

La retención: En este caso, si la defecación se inhibe voluntariamente por la presión del esfínter externo del ano, los receptores del recto se adaptan a la presión y se suprime la urgencia de defecar. Las urgencias posteriores pueden demorarse considerablemente, inhibiéndose hasta el comienzo posterior del peristaltismo de la masa fecal.

Durante este proceso de retención, se absorbe líquido de la masa fecal: intoxicación, excremento duro y defecación dolorosa: estreñimientoevacuación involuntaria.

Este tipo de control de esfínteres se consigue a los 4 años de vida del niño. Así es que, si el niño tiene menos de 4 años no sería nada preocupante ya que todavía este estará aprendiendo a controlar los esfínteres.

Lo más importante para tener en cuenta será, el no castigarle al niño por lo que ha pasado ya que esto le puede afectar directamente al niño produciéndole mayor ansiedad o enfado por lo que pasado. Tampoco es una buena solución volver a ponerle pañal al niño ya que este debe aprender a utilizar el inodoro de forma adecuada y así, afectaríamos en el desarrollo del niño. Por último, se debe evitar estar hablando de este tema continuamente ya que esto puede afectar a su autoestima y llega a dificultar el desarrollo en otro tipo de áreas. Por eso es importante proporcional un ambiente facilitador al niño.

 

  • Acudir a una revisión pediátrica
  • Asegurar de que el niño siga una dieta adecuada y equilibrada
  • Asegurar de que el váter está accesible y suponga cómodo para el niño
  • Hacer partícipe al niño de su propia higiene
  • Pasar unos 20 minutos al día en juegos de apoyo
  • Evitar las críticas, regaños o castigos por falta de control de la vejiga
  • Elogiar los progresos, cada vez que haga caca en un lugar apropiado
  • Ayudarle a mantener una rutina predecible regular para comer, dormir y hacer ejercicio

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