La ansiedad que los niños y bebés sufren al separarse de sus padres forma parte de su desarrollo. Se considera un estado emocional adaptativo que comienza a desarrollarse a los seis meses de vida y finaliza a los seis años de edad (Bragado, 1994). A medida que el niño va creciendo, desarrolla su capacidad para separarse y estar a solas o distanciado de las personas con las que ha creado el principal vínculo. Sin embargo, cuando esta capacidad no se desarrolla, aparece el trastorno de ansiedad por separación (TAS). Este trastorno tiene como característica principal una excesiva e inapropiada ansiedad para el nivel madurativo del niño o adolescente, en relación a la separación delas personas con quienes está vinculado, generalmente los progenitores (Pachecoy Ventura, 2009). Es una respuesta emocional de angustia que el niño experimenta como consecuencia de un miedo irracional a que les pueda pasar algo malo, tanto a ellos como a sus progenitores. Permanecer a su lado es una forma de protección hacia los padres y hacia ellos mismos (Mardomingo, 2001).
Este trastorno puede aparecer tanto en niños como en adolescentes y los síntomas son diferentes: los niños de entre 5 y 12 años suelen tener pesadillas y distres y en la adolescencia se manifiesta a través de complejos y quejas en la escuela (Méndez et al., 2008). Según algunos autores, los hijos de padres divorciados tienen mayor grado de vulnerabilidad a padecer este trastorno debido a la separación brusca de uno de ellos (Orgilés, Méndez, Rosa, e Inglés, 2003).
En el 50% de los casos se suele dar junto a otros trastornos de ansiedad, sobre todo ansiedad generalizada y fobia específica (Méndez, Espada, Orgilés, Hidalgo, & García-Fernández, 2008).
Etiología del trastorno
Los factores de riesgo que pueden influir en su desarrollo:
• Factores genéticos. Además del riesgo genético asociado a la presencia de psicopatología en los padres, también conlleva la exposición del niño a más condiciones de riesgo ambiental. Por ejemplo los problemas emocionales de la madre o el padre generan un mayor riesgo de problemas de ansiedad en los niños (Bragado, y cols., 1999; Ochando y Peris, 2008).
• Problemas en el parto. Las enfermedades y lesiones postnatales y los problemas durante el parto son un factor de riesgo para una serie de trastornos entre los que se encuentra la ansiedad por separación (Bragado y cols., 1999).
•Temperamento del niño. Los niños inhibidos y tímidos en la primera infancia tienen una mayor tendencia a padecer trastornos de ansiedad más adelante (Ochando y Peris, 2008).
• Estilos de crianza parental. La sobreprotección (frenando el proceso de autonomía natural en los niños), la educación demasiado estricta y la transmisión de miedos por parte de los padres (Bragado, y cols., 1999; Ochando y Peris, 2008).
• Edad de los padres. También influye el momento vital en que los padres tienen a sus hijos, los hijos de padres mayores se relacionan más con trastornos de ansiedad (Bragado y cols., 1999).
• Acontecimientos vitales estresantes. Conflictos familiares, escolares o sociales, situaciones traumáticas, pérdida de un ser querido, cambio de colegio o domicilio. (Bragado, y cols., 1999; Ochando y Peris, 2008).
• Situación social desfavorable. Nivel socioeconómico bajo, adversidad económica. El niño puede sentir una sensación de inseguridad que se vuelve crónica (Ochando y Peris, 2008).
• Calidad del apego. El proceso de construcción del apego con las figuras principales se relaciona con la capacidad de manejarse adecuadamente en las relaciones interpersonales (Soares y Días, 2006).