Los seres humanos vivimos en un espacio, tiempo y cultura determinados y lo que hacemos, pensamos y sentimos está condicionado por esto. En las sociedades occidentales actuales vivimos hablar de la muerte como algo de “mal gusto”, evitamos hablar de ello o nos incomoda tanto que utilizamos eufemismos “se ha ido de viaje” “ahora está en otro sitio” “está descansando”… Si la muerte es un tabú entre los adultos lo es más cuando los adultos hablamos de ello con los niños.
A los adultos nos preocupa tanto que los niños sufran, que evitamos hablar de la muerte con ellos, alejándolos así completamente de la muerte. Solemos realizar este tipo de conductas con la mejor intención, proteger a los niños, pero así les quitamos la posibilidad de educarlos en la muerte de una forma sana y natural, y les quitamos la posibilidad de vivir sus duelos de una forma abierta.
Los niños tienen curiosidad sobre la muerte y por ello, cuando los adultos no saciamos su curiosidad, los niños se suelen inventar sus propias teorías. Los niños entienden el mundo desde una mirada fantasiosa (hasta una cierta edad) por ello, es muy importante acompañarlos en el duelo, ya que si no lo hacemos puede que sus fantasías les aterroricen.
Es muy importante que la muerte de un ser querido se transmita lo antes posible mediante una persona de confianza al niño o la niña; la noticia puede ser explicada poco a poco, respondiendo a las dudas surgidas. Es vital que el menor entienda que él no tiene ninguna culpa en la muerte de esa persona querida, brindándole todo el apoyo posible. Por último, es conveniente que los menores participen en los ritos (tanatorio, entierro, funeral…), sintiéndose así incluidos en el sistema familiar y recibiendo en apoyo de la familia.
Como sociedad tenemos mucho trabajo que hacer sobre la muerte y el duelo, también con los niños. Para trabajar la muerte con ellos es fundamental adecuarnos a su edad y nivel de compresión, además de utilizar un material que les resulte cómodo y entretenido (cuentos, teatros…). Me gustaría recomendar un libro que me encanta: “Huesos”. Trata la muerte de una manera muy cariñosa y real, una lectura y un material didáctico fascinante para trabajar el duelo y la muerte con los más pequeños.
Además de utilizar diferentes herramientas como los cuentos para hablar específicamente sobre la muerte y el duelo, podemos utilizar las diferentes pérdidas que vivimos en la vida para hablar abiertamente sobre lo que sentimos, abriendo lugar al dolor que sentimos por la pérdida que hemos vivido, entendiendo estas como parte de la vida (pérdida de amistades, cambio de colegio, pérdida de un objeto muy querido, la pérdida del chupete…).
Referencias
Cid, L. (2011). Explícame qué ha pasado. Guía para ayudar a los adultos a hablar de la muerte y el duelo con los niños. Fundación Mario Losantos del Campo. http://www.psie.cop.es/uploads/GuiaDueloFMLC[1].pdf