LAS CINCO HERIDAS DE LA INFANCIA

Las experiencias tempranas que vivimos en nuestros primeros años de vida son vitales a la hora de construir nuestra identidad. Existen cinco heridas emocionales que las personas podemos sufrir en la infancia, las cuales dejan su propio rasgo característico en la adultez. Conocerlas es importante para poder sanarlas, aunque a veces resulte difícil saber dónde mirar para detectarlas.

Miedo al abandono: generaría dificultades para manejarnos por nosotros mismos y hacer algo solos (ej. pedir muchos consejos a los demás). El miedo más característico es el de la soledad, la cual nos hace ser dependientes de otras personas y necesitar su apoyo constante.
Miedo al rechazo: miedo a que nos cualifiquen como personas que no valemos nada. Miedo a que se vea que tenemos baja autoestima. Estas personas, se sienten aisladas y están convencidas de que, si no existiéramos, tampoco nos supondría una gran diferencia. Si en la infancia no nos aceptaron y validaron lo suficiente, crecemos con la idea de que nadie va a hacerlo, nunca nadie nos va a apoyar por tal y como somos.
– Herida de la injusticia: Miedo a parecer imperfecto ante los ojos de los demás. Se muestran dinámicas y vivas, aunque estén agotados. Raramente admiten que tienen un problema o que algo les molesta. Suelen ser autosuficientes y con tendencia a parecer perfecto. Esto es muy pesado para la autoestima. La constante autoexigencia, impide mostrar cómo estas. Todo tiene que ser justo, justificado y justificable.
– Herida de la humillación: cuando una persona en la infancia ha sido humillada por uno de sus progenitores por haber experimentado placer con alguno de sus sentidos. Esto genera invalidación de quién eres y de lo que haces y sientes. Debe servir a todos los que ama y antepone sus necesidades a la de los demás. No tiene derecho a decir cosas por miedo a perjudicar a otros. Se rechazan los impulsos relacionados con los sentidos. Miedo pasarse de la raya y sentir vergüenza. Temer a ser castigado por disfrutar de su vida.
– Herida de traición: Intentar convencer a los demás porque no quiere ser traicionado. Usa cualidades de jefe agresivas para imponer su voluntad. Nunca está en contacto con su propia vulnerabilidad y busca encontrarse fuerte e independiente. Demostrar a los demás que es capaz de todo y cuando delega, exige que se haga todo a su manera para mostrarse superior. Persona desconfiada.

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