Esto puede llegar a afectar a la conducta en forma de irritabilidad, apatía, falta de atención, tristeza, cansancio físico y psíquico. Además, hay muchas personas que lo pasan mal porque de forma muy rápida desean obtener un rendimiento social y laboral absolutamente normal, se cargan precipitadamente de trabajos, proyectos, entrevistas, programas, etc. Las vacaciones han de constituir una fuente de energía para el resto del año, pero siempre de forma positiva. Poco a poco transcurre el período de vacaciones y el individuo tiene que volver a su puesto de trabajo, a cumplir (para muchos) la primigenia maldición bíblica. Así nos encontramos con los madrugones, turnos laborales, hábitos alimentarios totalmente diferentes, con un nuevo estilo de vida y, especialmente, con un ambiente laboral bastante frustrante que, por supuesto, continúa y no se ha corregido durante las vacaciones.
Este «poner los pies en el suelo» moviliza los mecanismos psicológicos de adaptación y de defensa. Por eso es relativamente fácil que aparezcan síndromes prodrómicos como fatiga, abulia, anhedonia, insomnio, hipersomnia, pesadillas y cefaleas tensionales. Podemos experiemntar lo mencionado, durante aproximadamente quince días. Es importante integrar proyectos psicoterapéuticos específicos para la adaptación a la rutina para así poder prevenir un posible estrés crónico que pudiera tener graves repercusiones en salud mental y fisica. Sin este tipo de proyectos y programas de intervención psicoterapéutica, el empleado, rinde menos, y, a largo plazo, cuesta puede tener repercusiones.
¿Qué podemos hacer?
Por un lado, es necesario que las vacaciones estén diseñadas de forma adecuada:
- Adaptadas a las posibilidades e intereses individuales y familiares
- Diseñadas para que podamos conseguir un descanso activo que mantenga la mente despierta para disfrutar de las vacaciones sin que cueste tanto volver al trabajo.
Por otro lado, debemos procurar que los primeros días de la vuelta al trabajo sean muy agradables:
- Intentar evitar el ser parte de excesivos proyectos y trabajos adicionales, es decir, reincorporarse de forma progresiva en cuanto el ritmo, rendimiento laboral y carga de trabajo.
- Introducir cambios progresivos en el ritmo y rendimiento laboral
- potenciando hábitos positivos adquiridos durante las vacaciones, es decir, no dejar las actividades agradables, deporte, descanso, etc
- huyendo también de excesos de compromisos como reuniones,
- Buena alimentación, es decir, evitar comidas en exceso, abuso de café, alcohol y tabaco, etc.