Los estilos de comunicación hacen referencia a la forma en la que los seres humanos compartimos información con el mundo que nos rodea. A pesar de no ser conscientes, pasamos la mayor parte del tiempo comunicándonos, pero no sólo a través de nuestras palabras. La expresión no verbal, la mirada, el tono de voz, nuestra postura corporal hacia los demás, también son maneras de intercambiar información.
Estos estilos de comunicación se dividen principalmente en tres categorías: el estilo agresivo, el estilo pasivo, y, por último, el asertivo. A través de ellos, mostramos nuestra identidad y debemos ser conscientes de cúal es la imagen que presentamos de nosotros al mundo. Saber identificarlos y regularnos en función del contexto es necesario para mejorar la calidad de nuestras relaciones interpersonales.
Estilo agresivo
Se caracteriza por una dinámica de poder en la que una persona tiene el poder absoluto sobre la otra y sobre la situación. Es un intento en sí de influir y manipular a los demás con el fin de ganas y carece de habilidades para poder comunicar información valiosa de manera eficaz.
En este estilo, predominan las amenazas, las acusaciones directas o reproches. También están presentes los sarcasmos o los mensajes teñidos de prepotencia. Asimismo, los elementos no verbales que acompañan a este tipo de discurso suelen ser: expresión facial de enfado, mirada fija, tono de voz elevado, tensión muscular, postura intimidatoria…
Estilo pasivo
Este estilo se basa en la no expresión de necesidades, opiniones o sentimientos propios y priorizando los de los demás por un intenso miedo a ser rechazado. Su objetivo es agradar a los demás o evitar la desaprobación social. Como resultado de esto, estas personas tienden a no responder a situaciones incómodas o que provocan enfado y terminan acumulando quejas hasta que explotan de manera desproporcionada a la situación.
Las personas tímidas, inseguras, con dificultad para poner límites presentan este tipo de estilo de comunicación. Las principales expresiones no verbales que acompañan a este estilo están predominadas por el retraimiento, mirada evitativa, posición corporal encogida, respuestas cortas, etc.
Estilo asertivo
Con este estilo, las personas somos capaces de expresar nuestras necesidades, pensamientos y sentimientos sin ningún tipo de dificultad. La calma, honestidad y claridad son factores que determinan este tipo de comunicación. Además, la expresión de las necesidades propias se hace respetando y sin invadir el espacio y opiniones de los demás, sin intentar dominar a la otra persona. Así, se tienen en cuenta tanto los intereses propios, como los de la otra persona.
Este estilo de comunicación es el más eficiente y deseable para la mayoría de situaciones sociales.
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