Habitualmente el duelo se refiere al estado de aflicción relacionado con la muerte de un ser querido y que puede presentarse con síntomas característicos de un episodio depresivo mayor. Sin embargo, el término duelo y procesos de duelo puede también aplicarse a aquellos procesos psicológicos y psicosociales que se ponen en marcha ante cualquier tipo de pérdida, en el caso de la vejez esto puede incluir la perdida de poder, la perdida de las funciones laborales, perdida de capacidades físicas y cognitivas, enfermedades… etc.
Todos estos factores estresantes pueden originar igualmente reacciones desadaptativas con manifestaciones de tipo depresivo y emocional como tristeza, llanto, desesperanza, impotencia, rabia y culpa, además de disfunción importante a nivel social y laboral, parecidos a un episodio de depresión mayor. En un sentido más amplio podemos entender el duelo y procesos de duelo como el conjunto de reacciones adaptativas mentales y conductuales desencadenado por una perdida de algo que ha sido importante para la persona.
Existen diferentes perspectivas sobre el duelo:
- Perspectiva Psicológica: Según esta perspectiva no es posible evitar los duelos, pero las formas en la que hacerle frente varían. Ademas, dice que un duelo mal elaborado, puede hacer aparecer alguna psicopatología o reavivar alguna ya existente.
- Perspectiva psicosocial: Si bien lo que desencadena un duelo en una persona es siempre idiosincrásico de la misma, existen situaciones que prácticamente en todos los seres humanos desencadenan duelos de cierta importancia, son las llamadas transiciones o crisis psicosociales.
- Perspectiva social y etológico-antropológico: Las manifestaciones sociales y antropológicas del duelo y los procesos de duelo tienen una triple función: permitir la expresión al nivel de la sociedad de esos procesos, tender a ayudar en el proceso psicológico del duelo y por último, facilitar la comunicación del hecho a la comunidad, proporcionando a los vivos ocasión de consagrarse con los muertos y allegados, y preparándolos para nuevas relaciones a través de los actos sociales.
- Perspectiva biológica: El duelo es una respuesta fisiológica y emocional y esta respuesta produce cambios en los ritmos biológicos, por ejemplo, en el sistema inmunológico, disminuyéndose la proliferación de leucocitos y siendo mas vulnerable a las enfermedades.
Dentro del duelo mismo, pueden clasificarse 2 tipo de duelos:
- Duelo normal o no patológico: siendo una respuesta normal y predecible en cuanto a síntomas y desarrollo. Clasificándose en 4 fases: Shock, rabia y culpa, desorganización y reorganización.
- Duelo patológico: Que se manifiesta desde la ausencia o retraso hasta la vivencia exagerada en intensidad o tiempo.
Y por último existen variables que afectan al curso del duelo:
- Variable antropológica: Las muertes que se producen contra secuencia de la vida suelen tener un peor curso.
- Circunstancias de las perdidas: Tienden a complicar el duelo las situaciones en las que no se llega a ver el muerto o cuando no se llega a poseer seguridad de su muerte o cuando el cadáver ha sido mutilado. También la forma de recibir la noticia, las pérdidas anteriores recientes, las pérdidas prematuras o las pérdidas inesperadas pueden dificultar la elaboración de un pro- ceso de duelo.
- Variables psicosociales: Las condiciones precarias, el aislamiento social, la mezcla de duelo con problemas sanitarios, practicas sociales que dificultan el duelo…etc son circunstancias que afectan al proceso del duelo.
- Variables intrapersonales: La personalidad es la mediadora de todas las variables por lo que esta tiene un gran efecto en este proceso.
En cuanto a la intervención en duelos no patológicos, muchos autores descartan la intervención en este tipo de duelo ya que consideran que cualquier tipo de intervención puede intervenir en el curso natural del duelo y afectar sobre las estrategias propias que se ponen en marcha para elaborar este proceso.
Sin embargo, para el duelo patológico existen diferentes métodos de abordaje siendo la terapia cognitivo-conductual y el counselling los que mejor resultado muestran. Por ejemplo, el tratamiento propuesto por Katherine Shear, en el que propuso una terapia de 16 sesiones 45-60 minutos en el que los principales objetivos eran: información sobre el duelo, uso d registros diarios para emociones y vivencias, darle otros significados a la perdida, facilitar las relaciones sociales, proyectos y trabajos, recordar y hablar sobre el fallecimiento, visitar lugares y realizar actividades que se han evitado y trabajar a través de recuerdos.
Bibliografía:
- Romero, V. (2013). Tratamiento del duelo explicación y perspectivas, Psicooncología, 10 (2), 377-392.
- S.D, Flórez (2002). Duelo, Anales, 25 (3), 77-85.