Los músculos de las personas son honestos. En muchas ocasiones nuestra expresión psicomotora es más elocuente que las palabras. El lenguaje hablado, a diferencia del expresivo, suele poseer deformaciones que ocultan el verdadero mensaje.
En las técnicas proyectivas, la actitud del individuo al enfrentar la tarea puede revelar características de la personalidad, así como su estado de ánimo o las diferentes problemáticas que le acontecen. Para poder sacar toda esta información del dibujo, el profesional deberá necesariamente analizar e interpretar tanto la estructura como el contenido de los dibujos. La fase expresiva o estructural del dibujo se caracteriza por su secuencia, tamaño, presión, trazo, detalles, simetría, emplazamiento, perspectiva y borrado que lo compongan. Al igual que sucede con el lenguaje, según qué palabra se destaque, la composición y mensaje final, varían. Del mismo modo, el énfasis expresivo en los dibujos, transmite diferentes matices de significado. Según un estudio de Allport y Vernon, se demuestra que esta herramienta constituye en verdad la “escritura cerebral”.
Los movimientos expresivos de los niños, sean amplios o estrechos, tienen potencial diagnóstico. Los adultos, en cambio, tienden a expresar sus defensas en el papel, por lo que se ha valorado si estas técnicas poseen tanta utilidad en adultos como en niños. Sin embargo, todos los individuos expresan quien y como es, es decir, se expresan mediante pautas características del movimiento que revelan la unidad de sus personalidad, así como su idiosincrasia particular.
Wolff, por su parte, descubrió el “cociente rítmico”. Se dio cuenta de que existen proporciones definidas en el tamaño de los elementos formales. Este hecho demuestra la confiabilidad de los movimientos expresivos.
La secuencia con la que expresa el sujeto nos pone de manifiesto sus rasgos estructurales. Durante la interacción entre el sujeto y la hoja el individuo nos da una serie de muestras de sus conductas pudiendo ofrecer significados diagnósticos. Por ejemplo, si alguien realiza un dibujo pequeño, lo borra, y vuelve a dibujarlo más grande o acorde a su tamaño real podríamos deducir que es una persona con baja autoestima y dubitativa, quizás con un bajo autoconcepto. Si reforzara mucho la imagen, nos estaría ofreciendo una lectura de sus defensas, basada en la apariencia de seguridad. La secuencia más desviada que se ha encontrado es la de un dibujo de la figura humana dibujada sin orden alguno, aunque su resultado final no parece advertir nada irregular, nos indica una perturbación del pensamiento, resultado de una profunda psicopatología, la cual solo es observable en su secuencia. El estudio de la secuencia también ofrece indicios sobre su energía o impulsividad de la persona. por ejemplo, si hay disminución psicomotora puede darnos a entender fatiga, mientras que si no termina los dibujos, puede sufrir de depresión.
El tamaño contiene indicios del realismo de su autoestima, su expansividad o fantasías de omnipotencia. Los dibujos pequeños corresponden a personas con sentimientos de inadecuación y quizá con tendencia al retraimiento. Tanto Traub como Lenibke observaron que estos dibujos pequeños correlacionaban con sentimientos de inferioridad. Waehner, por su parte, informa como los dibujos pequeños de las niñas correlacionaban con conductas ansiosas, vergonzosas, limitadas o muy autocontroladas y Alschuler y Hattwick comprobaron que los dibujos de figuras con volumen restringido o simplemente pequeños correspondían con personas dependientes. De manera opuesta,Un estudio de Buck, donde las personas que lo que dibujan es demasiado grande y que presionan los bordes, se deduce que sufren constricción ambiental, lo cual confirma la hipótesis de frustración-agresión aplicada a áreas socioraciales de Hammer, donde el niño más constrictivo ambientalmente es más propenso a la frustración y agresividad. Al hilo de la hipótesis de Hammer, Precker comprobó que los dibujos demasiado grandes indicaban una fuerte disposición agresiva o descarga motora por parte del sujeto.
La presión que ejerce el lápiz sobre el papel es un indicador del nivel energético del individuo. Hetherington, por su parte, comprobó que las personas con una constante presión eran de igual modo en su vida diaria. Alschuler y Hattwick relacionaron la asertividad con la fuerte presión mientras que los sujetos que presionaban poco era por falta energética, o bien, por represión. Pfiester constató que los neuróticos y esquizofrénicos ejercían poca presión, en cambio, los psicópatas, casos orgánicos, epilépticos o encefalíticos ejercían una fuerte presión. Buck, a su vez, ratificó que los orgánicos dibujaban lineas muy pesadas y con gran fuerza. Por el contrario, las lineas suaves y débiles son típicas de personas depresivas y desubicadas.
Otra de las características es el trazo. Alschuler y Hattwick comprobaron que los trazos largos y firme control sobre el dibujo era realizado por personas poco impulsivas. Las personas con trazos rectos, autoafirmativos y agresivos. En cambio, si el trazo es redondeado se asocia a la femeninidad. Así mismo, las lineas quebradas se corresponden a la inseguridad o ansiedad. Si las lineas fueran inconexas y forzadas sin coherencia posiblemente subyazcan tendencias psicóticas. El borrado del trazo trata sobre la incertidumbre o la falta de autoestima y falta de seguridad, al igual que el trazo débil.
Por otro lado, tenemos la expresión de los detalles. Con la falta de detalles el paciente nos estaría advirtiendo de una fatiga o depresión, mientras que un obsesivo-compulsivo dibujaría un exceso de ellos a la par que buscaría la perfección. Igualmente, las personas con un yo débil, esquizofrenicos u organicos tenderán a una ejecución perfecta. Los neuróticos, en cambio, expresan la incomodidad de su caos a través de dibujos repetitivos y ordenados. El correlato emocional más frecuente de los detalles excesivos es la rigidez. El dibujo de cuerpos rectos y brazos rectos y pegados, al igual que las piernas es su mayor ejemplo. Esto corresponde a personas con dificultades sociales. Esta rigidez hace referencia a la incapacidad de relajación Y actuaciones casuales impulsivas, personas que suelen actuar solamente bajo la imposición del deber.
Al igual que en la gestalt, la simetría revela sentimientos de seguridad en la vida emocional. Este hecho es afirmado por Wolff. Cuando el dibujo posea una simetría bilateral acentuada y rigidez el paciente es probable que tenga un corte obsesivo-compulsivo. Waehner, por el contrario, demostró que las personas depresivas formaban simetrías inflexibles.
El emplazamiento donde se dibuja dentro de la hoja también tiene una expresión, si el dibujo se encuentra centrado manifestara una conducta de esta habilidad emocional del paciente, seguridad, por el contrario los dibujos descentrados expresan dependencia. De acuerdo con la hipótesis de Buck, los dibujos centrados indican un comportamiento estable y controlado. Si el dibujo se encuentra más desplazado hacia la izquierda nos indica extroversión, impulsividad, mientras que si dibujo se emplaza en el lado opuesto corresponden a características de control, inhibición e introversión. Cuando el dibujo se encuentra en la parte inferior nos indica un componente de seguridad, arraigo y solidez, por el contrario, los dibujos que se encuentran en la parte superior expresan inseguridad. Si el dibujo fuera realizado por un niño, no obstante, significaría que proyecta alta expectativas a la par que un gran esfuerzo por lograrlas.
Por último, nos encontramos con la expresión del movimiento. Esta expresión no se da en todos los dibujos. Waehner analizo que los niños con dibujos con gran movimiento era símbolo de inteligencia, mientras que los dibujos con pocos elementos móviles eran característicos de niños psicóticos.