Abuso sexual infantil (parte II)

En nuestro afán de proteger a la infancia y continuar contribuyendo en la sensibilización y concienciación de realidades que afectan de lleno a los/as menores, en la entrada de hoy seguimos hablando sobre el abuso sexual infantil. Anteriormente ya os hablamos sobre las características de este tipo de abusos, y los indicadores que nos pueden alertar de que esto puede estar ocurriendo. Os dejamos aquí el enlace: https://www.psicologiaamorebieta.es/abuso-sexual-infantil-parte-i/

En la entrada de hoy queremos dar un paso más y hablar sobre cómo conviene reaccionar ante una revelación de este tipo por parte de un menor y mencionar brevemente aquello que podemos hacer desde la prevención.

¿Qué hago si un niño/a o adolescente cuenta que está sufriendo violencia sexual?

  • A pesar de que se trata de un tema extremadamente doloroso que nos puede generar reacciones emocionales muy intensas, es muy importante tratar de mantener la calma siempre que estemos en presencia del/la menor en cuestión. Podemos mostrarnos preocupados y estar afectados, pero tratando de regular nuestra emoción y alarmismo, para no asustar o preocupar más al/la menor.
  • Hacer este tipo de revelaciones es algo muy difícil, por ello si el/la menor decide hablar sobre ello con nosotros, debemos procurar ofrecerle un espacio en el que se pueda sentir tranquilo/o y seguro, que sea privado, donde no haya interrupciones y podamos prestarle la atención que necesita en ese momento y sienta que todo lo que nos está contando es importante para nosotros.
  • Durante la conversación, trataremos de hacer preguntas abiertas y escuchar sin juzgar ni poner en cuestión lo que nos está contando. Si llegado un punto quiere dejar de hablar, respetaremos su decisión y evitaremos atosigarle con preguntas o comentarios, haciéndole saber que cuando quiera volver a hablar de ello, estaremos ahí para escucharle.
  • En todo momento le haremos saber que no es culpable de lo que le ocurre y que la única persona responsable es el agresor.
  • Agradeceremos la confianza que ha depositado en nosotros y trataremos de ser empáticos y cuidadosos. No conviene prometer nada que no sepamos que podemos cumplir.
  • Adaptando nuestro lenguaje al nivel o edad del/la menor, le diremos qué es lo que vamos a hacer y cuáles serán los siguientes pasos, tratando de que nos dé su consentimiento para informar a las personas que corresponda, incluyendo las autoridades.
  • Si desconocemos cuáles serán los siguientes pasos, nos mostraremos sinceros y le diremos que necesitamos asesoramiento. Consultar con un profesional que nos pueda orientar sobre cómo actuar en este tipo de situaciones siempre es recomendable.
  • Transmitir que se le va a proteger y que se va a hacer lo que esté en nuestra mano para impedir que esta situación se siga dando o vuelva a darse.
  • En ocasiones será necesario acudir a un hospital para que puedan hacer un examen médico, si el/la menor presenta alguna agresión física o tiene la ropa manchada, no bañarle antes de la exploración médica y guardar la ropa sin lavar por si fuera necesario analizarla.
  • En todo momento trataremos de mantener el derecho a la privacidad y ser muy cuidadosos con el uso que hacemos de esta información. Buscar asesoramiento por parte de profesionales especializados nos ayudará en todo el proceso.

 

Fotos gratis de Desesperado

¿Qué se puede hacer desde la prevención?

  • Sensibilizar y formar tanto a la comunidad educativa como a las familias
  • Enseñar a los niños/as que el respeto a los adultos y a las figuras de autoridad no implica hacer cosas o aceptar cosas que nos hacen sentir raros o mal. Tener respeto no implica obedecer ciegamente, y tienen derecho a decir que NO.
  • Las muestras de afecto como besos, abrazos, caricias… forman parte de las relaciones de cariño, afecto, y se hacen a gente que queremos, no a desconocidos, nadie les tiene que obligar a ello, igual que ellos no pueden obligar a otros a hacerlo.
  • Educar en el respeto y la sensibilidad. Antes de tocar a otra persona hay que pedirle permiso, preguntar siempre antes de hacer algo que pueda molestar, incomodar…
  • Generar espacios de comunicación y escucha con nuestros hijos/as y hablar de los límites de la confianza. Enseñarles que no todos los secretos son buenos. Guardar información que nos hace sentir mal, o guardar secretos que nos obligan a mentir a las personas que queremos, nunca pueden ser secretos buenos.
  • Dotar a los/as menores de estrategias que les sirvan para pedir ayuda y enseñarles a reconocerse como sujetos capaces de dar y ofrecer ayuda a otros.
  • Hablar sobre el tema con profesionales especializados, con otras familias, informarnos, participar y compartir las campañas creadas por asociaciones, ONG-s especializadas… Lo que no se habla parece que no existe y tristemente este tipo de violencia sigue muy vigente, por lo que mirar hacia otro lado no hará que desaparezca, más bien al contrario.
  • En definitiva, hacernos cargo de esta situación y poner los medios que están a nuestro alcance para contribuir a crear una sociedad más protectora con la infancia y la adolescencia.

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